Cada vez que llegamos al final de algo es porque estamos listos para un nuevo principio. Estas situaciones son parte permanente de nuestra vida y así se suceden nuevas circunstancias, gustos, amistades, lugares, grupos, cursos, carreras, etc., pero lo importante es, que para que sea realmente el comienzo de algo verdaderamente nuevo lo miremos desde otra perspectiva, con ojos renovados, con la libertad de que esa situación sea un misterio para nosotros y poder relajarnos en la confianza de que hay algo dentro nuestro que siempre nos está sosteniendo y que el ser creativo que somos esta simplemente esperando para “SER”
Si nos detenemos en finales y principios, tratando de encerrarnos en la certeza de lo que fue o sentimos temor a lo inesperado, nos perdemos el bello instante presente ya que la capacidad de vivir en el ahora es la llave maestra que nos abre las “otras puertas”.
Podemos esperar pacientemente que el año nuevo comience con la esperanza de que nos traiga un aire fresco o podemos hacer de cada amanecer, cada atardecer nuestros principios y finales, viviendo en la libertad de saber que no hay errores y de esa manera poder mirarnos sin culpas por transitar a nuestra manera, dando gracias por lo vivido y sin necesitar ser aprobados por las experiencias escogidas.
“Es la evolución de la conciencia lo que hará que luzcan mundos nuevos”
Vivo mi vida siguiendo mi propia ruta, siendo 100% responsables de lo que proyecto en el afuera y sabiendo que son mis actitudes las que producen los resultados.
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